Este chamamé fue concebido como una expresión moderna de la raíz litoral argentina, en donde se mezclan sutilmente sonidos electrónicos con el acordeón y la guitarra criolla. La letra es simple, pero a la vez profunda y refleja la necesidad del protagonista de captar la atención de la persona de quién está enamorado en secreto. Para eso, en medio de muchos nervios y ansiedad, le dedica unos versos y unas melodías con su acordeón con la intención de alegrar su día y, si es posible, su vida.